miércoles, 24 de octubre de 2018

gallito de las rocas

El gallito de las rocas era sin duda alguna, una de las especies que a priori tenia entre ceja y ceja como objetivo a observar durante el viaje. Tanto en Perú como en Ecuador había posibilidades de encontrarlo ya que habita en determinadas zonas en ambos países.
Mis esperanzas se centraban en poder encontrarlo en una travesía que transcurría entre Aguascalientes (Machu Picchu) y los jardines de Mandor. Había leído en varias reseñas en internet que en los jardines de Mandor, concretamentre en la cascada que queda al final del recorrido era posible localizarlos. Realizamos la referida travesía pero a pesar de haber estado muy pendiente durante todo el recorrido de todo lo que se movía entre las ramas de los árboles, no conseguí localizar al gallito.
Al día siguiente y perdida ya la esperanza de verlo, fuimos a visitar el mariposario de  Aguascalientes. Fue allí donde por casualidad entablé conversación con uno de los trabajadores del mismo; que aparte de darnos muchísima información sobre la vida y formas de reproducción de las mariposas, me comentó que conocía un lugar en Aguascalientes donde cada mañana y durante un breve periodo de tiempo se dejaba ver una pareja de gallitos de las rocas. Le pregunté si sería posible quedar con el a la mañana siguiente para que me mostrara el lugar e intentar ir a observarlos, a lo que muy amablemente accedió.
Al día siguiente y según habíamos acordado, a las 6:30 de la mañana me encontré con el paisano y nos  dirigimos al lugar desde donde teníamos controlados los dos frondosos árboles en los que debían aparecer los gallitos. Aproximadamente a la media hora de espera apareció el macho de un color gris y naranja intenso, que tras pasar un breve tiempo comiendo los pequeños frutos de uno de los árboles volaba hacia el otro árbol y desde allí se perdía en la espesura del bosque cercano. Algo mas tarde apareció la hembra, de un color tierra rojizo y que a diferencia del macho se mantuvo siempre en el mismo árbol hasta terminar desapareciendo en el bosque.
Esta fue la primera de las dos ocasiones que tuvimos de ver al para mi mítico gallito de las rocas a lo largo del viaje. En esa ocasión los árboles donde pude fotografiarlos quedaban bastante lejos y muy escasos de luz; ya que el pueblo de Aguascalientes queda embarrancado entre altas montañas y a las 7 de la mañana llegaba muy poca luz por lo que tuve que utilizar isos muy elevados para poder fotografiarlos.

Una vez en Ecuador encontramos información acerca del parque nacional de Mindo, lugar muy recomendado, donde entre numerosas especies de aves interesantes también era posible encontrar al gallito de las rocas. En el pueblo de Mindo había numerosas agencias que ofertaban el avistamiento de aves, así es que contactamos con varias y contratamos el servicio de la que a priori nos pareció que daba mas garantías para su observación, la agencia en cuestión era www.lascotingasbirdreserve.com.
A las 5:15 de la mañana Rolando García, que así se llamaba el guía que nos iba a trasladar al lugar donde podríamos observar a los gallitos nos vino a recoger y tras media hora en coche por carretera, comenzamos a caminar monte arriba otros 45 minutos, hasta llegar a una especie de aguardo medio derruido por obra de los osos según nos comentó Rolando. Serian las 6:30 y aunque todavía no había amanecido, ya se escuchaban como a unos 10 metros mas arriba de donde nos encontrábamos las llamadas de los machos de gallito de las rocas desde su lek. Rolando nos  comentó que la presencia de los mismos se producía normalmente entre las 6:30 y las 8 de la mañana y a partir de esa hora desaparecían hasta hacerse presentes otro rato por la tarde antes de oscurecer.

El lek donde unos ocho machos intentaban coger posiciones montando una gran algarabía para atraer a la única hembra existente, quedaba bastante tapado por numerosas ramas que se entrelazaban por delante de las aves. Además la luz a la hora en que pudimos ver a las aves era muy escasa, por lo que hubo que tirar de ISOs de hasta 8000 para poder hacer las fotos. Aunque el resultado no es el que me hubiera gustado, el hecho de haber podido contemplar esta maravilla de ave en su entorno natural mereció muchísimo la pena.

Mis palabras de agradecimiento a Rolando por su profesionalidad y por el amor y respeto que mostraba para con la naturaleza y sus habitantes en las cotingas, también por su buen hacer en su afán conservacionista. Te deseo mucho éxito para que se vayan cumpliendo los proyectos que quieres llevar a cabo en las cotingas.









Las fotos anteriores corresponden a Gallitos en Mindo Ecuador








Las fotos anteriores corresponden al macho y la hembra fotografiados en Aguascalientes (Peru)

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